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martes, 2 de junio de 2015

Magdalenas de aceite de oliva

Hace un tiempo recibí un email de Evoogourmet, una web especializada en aceites de oliva virgen extra de alta gama, para hacer una colaboración. Enseguida me vino a la cabeza la receta que iba a hacer. Las magdalenas de aceite de mi abuela.


Fui a buscar, como otras veces, en esa carpeta azul llena de recetas y lo que me encontré, más que una receta, fue una lista de ingredientes y dos anotaciones: "las claras a punto de nieve" y "poner azúcar por encima antes de meter al horno" pero me servía como punto de partida para su elaboración. Eso sí, se ve que mi abuela las hacía en cantidades industriales, como las monas. Dividí las cantidades entre 2 y aún así salieron dos docenas que volaron rápidamente.


El resultado fue espectacular, magdalenas caseras con un sabor tan reconocible que me transportaron automáticamente a los desayunos de mi infancia. El aceite de alta calidad les da un sabor aún más característico si cabe y una gran esponjosidad.


Magdalenas de aceite de oliva, unas 24 de tamaño mediano
(basada en la de mi abuela)

  • 375 g harina
  • 250 ml leche
  • 250 ml aceite de oliva (yo usé Bravoleum)
  • 3 huevos
  • 250 g azúcar
  • ralladura de un limón
  • 1 cucharadita de canela
  • 1 pareja de gaseosas (una azul y otra blanca)
  • 1/2 sobre de levadura (tipo Royal)

Precalentamos el horno a 180 ºC (160 ºC si es con aire)
Ponemos en el bol de la batidora el aceite de oliva junto con el azúcar y batimos hasta conseguir una mezcla bien homogénea. Separamos las claras de las yemas. Reservamos las claras y añadimos las yemas una a una, dejando que se mezclen bien después de cada incorporación. A continuación, incorporamos a la mezcla la ralladura de limón. Añadimos la leche en forma de hilo, batiendo a velocidad media-alta para incorporar aire a la mezcla. Tamizamos la harina junto con la levadura, las gaseosas y la canela y bajamos un poco la velocidad y lo vamos añadiendo poco a poco a la mezcla, continuamos batiendo hasta que quede una masa perfectamente homogénea. Por último, montamos las claras a punto de nieve, las añadiremos con cuidado a la masa intentando evitar que se bajen, esto es importante para que las magdalenas nos queden bien esponjosas.

Repartimos en los papelitos de magdalenas llenándolos 2/3 y ponemos azúcar por encima de la superficie de la masa, la puedes humedecer un poquito para que quede un poco más compacta. Horneamos unos 20-25 minutos o hasta que al pincharlas con un palillo salga limpio. Se dejan reposar unos minutos en el molde y se pasan a una rejilla para que enfríen bien.


¡Espero que os guste y os animéis a hacerla!

Feliz y dulce semana, besicos!

M.

lunes, 6 de abril de 2015

Mona de Pascua

La Mona de Pascua es un postre de gran tradición en el Mediterráneo que proviene de la munna árabe y que, en mi zona, tomamos principalmente en Semana Santa y Pascua. Tuve que irme a Valencia para aprender que no todas las monas son iguales y que lo que para mi son monas para ellos son "panquemaos" y que sus monas tienen formas de animales y siempre llevan huevo y anisetes y en Cataluña pueden ser maravillosas esculturas en chocolate.
La receta que os propongo hoy es la Mona de Pascua tradicional, al menos la de mi zona, hecha a la manera antigua, amasando a mano y respetando al máximo los tiempos de reposo. La tenía preparada desde hace algún tiempo y hoy, Lunes de Mona, ha llegado el momento de su publicación.


Para conseguir esta receta no se me ocurrió mejor fuente que mi abuela y, por eso, le tengo un gran cariño. Mientra ella me dictaba, aconsejaba y prevenía de lo pesado que era hacerlas, yo copiaba intentando no perder detalle. La mejor parte vino una vez en casa, cuando intenté descifrar lo que había escrito. Para empezar tuve que dividir entre 4 todas las cantidades, ¿¿¿cómo iba a poder amasar yo 4 kg de harina??? y, por otra parte, todos sabemos que si para las abuelas las cantidades exactas no existen, los tiempos mucho menos.. así que tuve que llamarla varias veces para que me especificara un poco más en qué consiste: "hasta que admita", "según vayas viendo" o "cuando haya subido".. También fue así como me enteré de que las monas dormían y se despertaban y que si se despiertan mientras tú estás durmiendo puede que se bajen y duerman para siempre perdiendo todo el trabajo hecho, así que más te vale que te pongas el despertador y les eches un vistazo durante la madrugada. Por eso es importante controlar el lugar y la temperatura de reposo ya que de ellos dependerá el tiempo que necesite nuestra masa para "levar", si añadimos calor (en forma de estufa o mantas) será más rápido mientras que si está en un ambiente más frío será más lento.


Esta mona la puedes acompañar con un delicioso chocolate caliente, no hay mejor manera de reponer fuerzas al volver de ver las procesiones de Semana Santa, o con una buena tableta de chocolate o, incluso, longaniza de Pascua cuando te vas al campo a pasar el "Día de la Mona" y si tu mona lleva huevo tendrás que esclafarlo en la frente de otra persona.


Mona de Pascua, para 3 monas medianas
(basada en la de mi abuela)

Masa madre o creciente (todo a temperatura ambiente)
  • 130 ml agua
  • 20 g levadura fresca de panadero
  • 250 g harina de fuerza

Masa principal (todo a temperatura ambiente)
  • 1 kg harina de fuerza
  • 500 g azúcar
  • 1 pareja de gaseosas
  • 125 ml aceite
  • 125 ml agua
  • 5 huevos
  • ralladura de limón (al gusto)
  • canela (al gusto)

Masa madre o creciente. Deshacemos la levadura en el agua y mezclamos con la harina de la masa madre hasta formar una bola. No es necesario que quede totalmente homogénea, solo formar una bola. La ponemos en un bol grande y la tapamos con una manta (para añadirle calor) y la dejamos que suba, hasta que triplique su volumen, unas 3 o 4 horas.

Masa principal. En un recipiente grande montamos las claras a punto de nieve, se añaden las yemas y se mezcla bien. Incorporamos el agua y el aceite, un poco templados, y el azúcar y removemos hasta que se deshaga bien. A continuación, añadimos la ralladura de limón y la canela, volvemos a mezclar. Añadimos la creciente que hemos preparado con antelación y la harina con la gaseosa. Ahora toca trabajar muy bien la masa, amasando hasta conseguir una masa lisa y homogénea, (si optas por hacerlo por el método tradicional como yo, amasando a mano, seguramente acabarás con agujetas pero desestresa que no veas). Cuando tengamos lista la masa, formamos una bola y la dejamos reposar en un bol tapado con una manta hasta que doble su tamaño, unas 3 horas en ambiente cálido. Cuando haya doblado su tamaño, formamos las monas, tres de tamaño medio y las ponemos en las bandejas de horno con papel vegetal, ahora las ponemos a dormir otras 3 o 4 horas tapadas con la mantita. Una vez han despertado y han alcanzado el volumen óptimo las manchamos con huevo batido y espolvoreamos azúcar por encima. Horneamos a 180ºC en la parte central baja del horno, unos 30 minutos o hasta que adquieran el color tostado, si vemos que se nos tuestan demasiado por arriba podemos cubrirlas con papel de aluminio mientras se terminan de cocer.


Ya podemos echarnos las monas al capazo e irnos a pasar el día campo. ¡Yo me voy ya! me encanta pasar el "Lunes de Mona" en el campo con mi familia.

¡Espero que os gusten y os animéis a hacerlas!

Feliz y dulce semana, besicos!

M.

sábado, 7 de marzo de 2015

Lenguas de gato

La receta que os propongo hoy es un clásico de la repostería. Estas pastas deben su nombre a su forma, estrechas y alargadas y un poquito rasposas que nos puede recordar a la lengua del felino en cuestión.


Las lenguas de gato son las pastas perfectas para acompañar postres como unas natillas, un mousse de chocolate o una macedonia de frutas. Pero también para darle un toque dulce al momento del té o café en la sobremesa. Yo me decidí por esta segunda opción y por eso les añadí en pequeño baño de chocolate.


Se trata de una receta muy sencilla y con ingredientes que solemos tener en casa, perfecta para cuando te dé un arrebato repostero como a mi me pasó el sábado pasado. La masa se compone básicamente de harina, clara de huevo, azúcar y mantequilla. Quienes seguís más o menos el blog ya sabéis que siempre que puedo evito la lactosa en mis recetas así que, una vez más, sustituí la mantequilla por margarina Artua sin lactosa. No sé como estarán con mantequilla, porque no las he probado a hacer, pero viendo el éxito que han tenido estas creo que no las desmerecen.


Lenguas de gato, para unas 60 pastas
(basada en las Langues de chat de Ladurée)
  • 125 g margarina Artua sin lactosa
  • 160 g azúcar glas
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla (lo podemos sustituir por azúcar vainillado)
  • 2 claras de huevo
  • 160 g harina de repostería
  • chocolate al gusto para decorar (yo usé Cobertura negra para repostería de Valor) 

Precalentamos el horno a 160 ºC con aire.
Batimos la margarina hasta que quede cremosa y con una consistencia homogénea. Añadimos el azúcar glas y continuamos batiendo a velocidad baja hasta que quede bien incorporado. A continuación, añadimos el extracto de vainilla, cuando esté bien integrado vertemos las claras de huevo. Batimos esta mezcla hasta que queden todos los ingredientes perfectamente integrados. Tamizamos la harina y la incorporamos a la mezcla. Removemos con una cuchara de madera hasta obtener una masa homogénea.

Preparamos la manga pastelera con una boquilla lisa de unos 5-7 mm, si no tienes boquilla también puedes hacer un pequeño corte en la manga, no es necesario que las tiras queden perfectas en este momento ya que será en el horno cuando se expandirán y cogerán forma. Forramos la bandeja del horno con papel vegetal y formamos tiras con la masa de unos 6-7 cm de largo, tenemos que dejar espacio entre ellas ya que al hornearse se aplanarán y aumentarán su tamaño. Horneamos unos 10 minutos o hasta que adquieran un tono dorado. Una vez horneadas las sacamos y dejamos enfriar en la bandeja, cuando están frías se despegan del papel con mucha facilidad.

Ahora ya podemos darles la cobertura de chocolate. Derretimos el chocolate al baño maría y las bañamos en él o lo vertemos por encima, esto va un poco al gusto. Lo único a tener en cuenta es que el chocolate no debe estar ni muy frío ni muy caliente cuando hagamos esto ya que si no se volverá blanquecino cuando enfríe pero estará delicioso igualmente.


¿A que es muy sencilla? Os animo a hacerla y a que me contéis el resultado. Además, es de esas recetas que anima porque en muy poco tiempo tienes muchísimas galletas y porque aunque llenes una caja ves como van desapareciendo casi sin darte cuenta.

Feliz y dulce semana, besicos!

M.
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