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martes, 22 de enero de 2013

Galletas decoradas o cómo dar rienda suelta a tu imaginación..

Hoy os traigo una receta perfecta para poder dar rienda suelta a la imaginación  y pasar un rato de lo más entretenido y es que las posibilidades son infinitas a la hora de dar forma y decorar nuestras galletas. 


Tras probar distintas recetas para hacer las galletas decoradas, la que pongo hoy es la que más me ha gustado hasta el momento, de hecho, me ha encantado y se trata de la receta de Sugar Cookies que aparece en mi nuevo libro The Hummingbird Bakery cookbook


Estas galletas me han encantado por varios motivos:
  • Su sabor no es excesivamente dulce, esto nos viene genial ya que las decoraremos con glasa real que está compuesta básicamente de azúcar.
  • Resulta una masa muy manejable y no es necesario dejarla reposar ni enfriar para que la superficie nos quede lisa, perfecta para dibujar encima.
  • Su textura es impresionante.. crujientes pero tiernas al masticar.. ¡una delicia!

Para decorarlas escogí lo que sin pensar demasiado ha pasado a ser la seña de identidad del blog: la piruleta blanca sobre fondo rojo. Bueno, en realidad, me lo sugirió mi compañera de piso y asesora "marketingniana" en una visita a mi habitación mientras intentaba darle forma a una piruleta en photoshop.. ¡muchas gracias, Sonia! ¡¡me encanta!! 


Con otro comentario inocente mientras horneaba surgió la Galleta Piruleta.. "Tienes que hacer una galleta con tu imagen" y dicho y hecho.. con unas galletas cuadradas y un poco de rojo, un poco de blanco y un poco de negro.. tachaaaaaaan.. os presento: la Galleta Piruleta

Galletas decoradas, unas 25 de diferentes tamaños
  • 200 g mantequilla, a temperatura ambiente
  • 280 g azúcar
  • 1/4 cucharadita de vainilla
  • 1 huevo
  • 400 g harina
  • una pizca de sal

Para la glasa real (decoración)
  • 2 claras de huevo, yo uso de las que venden líquidas ya que van en crudo
  • 400 g azúcar glas
  • 1/2 cucharadita de zumo de limón
  • colorante en gel o polvo, opcional y al gusto
Precalentamos el horno a 180ºC (160ºC si es con aire)
Ponemos la mantequilla, el azúcar y el extracto de vainilla en un bol y mezclamos bien hasta que nos quede una mezcla cremosa y homogénea. Añadimos el huevo y mezclamos hasta que quede perfectamente incorporado. Seguidamente añadimos la harina y la sal y volvemos a mezclar amasando hasta que quede una masa homogénea y manejable.
Separamos la masa en tres bolas (yo lo hago así por comodidad y para no amasar en exceso, con los amasados pierde consistencia y terminan apareciendo grietas). Extendemos la masa con la ayuda de un rodillo ayudándonos con papel vegetal, yo, mientras no tenga un rodillo con gomitas tope, utilizo un par de revistas para apoyar los extremos del rodillo y que así salgan de un grosor uniforme, unos 5 mm está bien para estas galletas. Una vez extendida la masa las cortamos con nuestro cortador preferido.
Las metemos al horno unos 8 minutos, cuando empiecen a oscurecerse las esquinas ya están. Cuando las saquemos las dejamos enfriar unos minutos en la bandeja y luego las pasamos a una rejilla hasta que terminen de enfriar por completo.
Mientras podemos ir preparando la glasa para decorar. Batimos las claras con el zumo de limón con las varillas. Vamos añadiendo el azúcar glas (previamente tamizada) poco a poco y asegurándonos que queda bien mezclado tras cada incorporación. Nos tiene que quedar una textura como de pasta de dientes (esta es la que utilizaremos para delimitar los contornos) si queda muy líquido añadiremos más azúcar, si queda muy duro añadiremos un pelín de agua. 
Ahora separaremos según los colores que vayamos a utilizar y se añade el colorante. De cada color echamos parte de la glasa en la manga pastelera para hacer los contornos con una boquilla pequeña o si la manga es de las desechables y que recortamos podemos cortar un hueco pequeño y utilizarla directamente. En la glasa que nos queda agregamos una cucharadita de agua para hacerla más líquida (hasta que una gota de glasa dejada caer sobre el resto tarde unos segundos en disolverse y desaparecer), esta es la que utilizaremos para el relleno y la pondremos en biberones de cocina. Ya tenemos la glasa lista para dar rienda suelta a nuestra imaginación y decorar nuestras galletas teniendo en cuenta que la glasa endurece con el contacto con el aire, tendremos que tener esto en cuenta y luego dejarlas secar unas 8 horas antes de manipularlas para asegurarnos que están bien secas. 
Puede sonar un poco complicado y pesado pero cuando lo haces un par de veces ya le pillas el truquillo y te das cuenta de que es bastante sencillo. Así que os animo a hacerlas.


Os pongo también unas galletas de Hello Kitty que hice para una amiga y fueron el motivo de que este pasado fin de semana terminara haciendo galletas.


¡Besicos!

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