Mi obsesión por los macarons comenzó cuando me encontré con esto..
De este vídeo me impresionó la belleza que se esconde en los gestos cotidianos y que en nuestro día a día suele pasar desapercibida. También me impresionó cómo una imagen puede despertar otros sentidos, no sé si a vosotros os ha pasado pero al ver el café no sé cómo pero podía olerlo y su sabor inundó mi mente y el chocolate blanco y el azúcar y la almendra.. se me hizo la boca agua en un momento!! ¡¡tenía que conseguir esa receta!! y por suerte no tuve que buscar demasiado, estaba en la misma web de Carte Noire.
Con esta receta hice mi incursión en el mundo macaronil. Y realmente no quedaron nada mal.. yo estaba realmente encantada por el resultado pero he de reconocer que no eran perfectos.. me encantó cuando me dijeron: "de sabor están buenísimos pero.. ¿no te ha quedado un poco grumosa la superficie? los macarons normalmente tienen la superficie lisa.." y era verdad.. pero es que entonces no sabía nada sobre cuánto mezclar la masa y que textura tenía que conseguir.
Confiada en mi primera experiencia con estos pequeños diablillos, a la semana siguiente repetí, si me habían salido la primera vez ¿por qué no me iban a salir la segunda? tenía muchísimo interés en que esa vez salieran bien, iban a formar parte de un regalo, pero no tenía mucho tiempo y aunque había leído sobre el tema del tiempo de reposo no le dí mucha importancia y los dejé reposar solo los 15 minutos que pone en la receta..
No os podéis imaginar mi cara de estupor cuando vi que se estaban agrietando todos!! sí, ¡¡todos!! ni uno se salvó.. de sabor volvían a estar buenísimos pero eso no eran macarons..
¿Qué había podido fallar? Entonces le eché la culpa de todo al horno.. había cambiado de horno, sería eso. Al día siguiente volví a comprar los ingredientes y lo volví a intentar.. esta vez lo puse con menos temperatura y más tiempo pero ¡¡horror!! ¡¡¡se habían vuelto a agrietar!!! y volví a repartir las "pastas" (aunque no fueran macarons hubiera sido delito tirarlas), de hecho, mis amigas después de probarlas me pedían que hiciera pastas de esas que te salen mal pero que están tan buenas, jajaja.
El fin de semana pasado volví a intentarlo y tras las averiguaciones realizadas para hacer los macarons de azafrán y calabaza puedo decir que ¡¡ahora sí!! ¡¡salieron bien!! ¡¡así sí!! con la superficie lisita y crujiente y tiernos en el interior. Me sentí tan tan tan feliz!!
Macarons de café y chocolate blanco, para unos 35 según el tamaño
(basada en la de Carte Noir)
Para las tapas:
- 200 gr. azúcar glass
- 110 gr. almendra molida
- 1 cucharadita de café soluble en polvo
- 3 claras de huevo (unos 120 gr.)
- 40 gr. azúcar
- azúcar glas y gotitas de chocolate negro para decorar
Para el relleno:
- 100 gr. de chocolate blanco
- 1 cucharada sopera de café
- 70 ml de nata líquida
Separamos las claras el día de antes y las dejamos "envejecer" a temperatura ambiente unas 24h. (1)
Mezclamos bien las almendras con el azúcar glas y el café soluble en polvo y tamizamos la mezcla (yo lo hago 2 veces) y reservamos.
Batimos las claras y cuando empiecen a espumar añadimos el azúcar poco a poco, continuamos batiendo hasta conseguir un merengue brillante y que no se caiga al voltear el bol, no batir en exceso o nos quedará un merengue muy seco.
Añadimos la mezcla de almendras, café y azúcar al merengue. Con una espátula vamos incorporándola manualmente con movimientos envolventes, fuertes al principio y suaves después, hasta que quede perfectamente incorporado. Debe quedar con textura de magma o hasta que caiga formando una cinta, es decir, no muy espesa pero tampoco líquida. (2)
Rellenamos la manga pastelera con la masa, utilizaremos una boquilla redonda no muy grande para que nos sea más fácil controlarla y hacemos los macarons de unos 3 cm. sobre la bandeja del horno que estará preparada con papel vegetal antiadherente, dejando espacio entre ellos. Para decorar los espolvoreamos con azúcar glas y gotitas de chocolate negro (yo, como no tenía, rallé un poco de una tableta).
Los dejamos reposar hasta que se forme una costra en la parte superior que no se nos quede pegada al dedo al tocarla, no me atrevo a decir tiempo, yo los dejo durante una noche. (3)
Los dejamos reposar hasta que se forme una costra en la parte superior que no se nos quede pegada al dedo al tocarla, no me atrevo a decir tiempo, yo los dejo durante una noche. (3)
Los ponemos en el horno a 150 ºC unos 20 minutos aproximadamente, dependiendo del horno y del tamaño de los macarons. (4) Los dejamos enfriar en la bandeja y una vez fríos los despegamos con cuidado del papel.
Para el relleno troceamos el chocolate blanco y le añadimos el café caliente. Llevamos la nata a ebullición y seguidamente la vertimos sobre la preparación de chocolate y café. Movemos suavemente hasta que el chocolate quede totalmente fundido y la dejamos enfriar. Una vez esté fría batimos con las varillas y la reservamos para rellenar los macarons.
¡¡Espero que os gusten!!
Besicos!!
P.D.: Mis notas sobre los macarons:
Para el relleno troceamos el chocolate blanco y le añadimos el café caliente. Llevamos la nata a ebullición y seguidamente la vertimos sobre la preparación de chocolate y café. Movemos suavemente hasta que el chocolate quede totalmente fundido y la dejamos enfriar. Una vez esté fría batimos con las varillas y la reservamos para rellenar los macarons.
¡¡Espero que os gusten!!
Besicos!!
P.D.: Mis notas sobre los macarons:
(1) Sobre envejecer las claras he leído mucho. Hay quien las deja varios días en la nevera, quien las deja un día a temperatura ambiente, quien las saca varias horas antes o quien las usa directamente. Yo, en este caso, las saqué el día de antes pero en alguna ocasión anterior también lo había hecho y en otras las usé directamente y no consigo encontrar una gran diferencia.. quizá la próxima vez lo haga diferente, no lo sé.. creo que todavía no tengo la experiencia suficiente para asegurar qué es mejor.
(2) Otro punto delicado es conseguir la textura óptima de la mezcla. Si se queda muy espesa, nos quedarán macarons con piquitos (y es que quedarán con la forma exacta con la que los pongamos) pero tampoco debemos pasarnos de líquida ya que se desparramaría por la bandeja sin coger forma. Para hacernos una idea, la masa debe quedar de manera que al levantar la espátula caiga formando una cinta no muy gruesa. También podemos probar cogiendo un poco con una cuchara e intentando hacer uno sobre un plato, si al paso de unos segundos queda lisa ya está lista, si no seguiremos removiendo un poco más.
(3) El tiempo de reposo. Esto es lo que más me lleva de cabeza y creo que tras mis pruebas ya puedo formarme una opinión. También he leído de todo acerca de esto: 30 minutos, 1 hora, 2 horas, 3 horas, 4 horas.. y es que esto es muy relativo.. no es lo mismo 30 minutos en Madrid que en Valencia y es que aquí nuestra amiga la humedad relativa juega un papel muy importante. Esta última vez los dejé reposando toda la noche, lloviendo como estaba teníamos el 100% de humedad, igual con menos horas hubiera sido suficiente pero ya no me fío. Si no secan bien se agrietarán al cocerse por eso lo mejor es comprobar que la costra de la superficie esté bastante dura y que no se nos quede pegada al dedo. Ojo, cualquier pequeña rotura de esta costra, aunque sea imperceptible se transformará en una grieta al cocer.
(4) El horno, esta es otra. Muy importante que estén bien hechos antes de sacarlos porque si no se bajarán, de ahí la importancia de conocer tu horno.. el mío debe ser flojito porque si los tengo el tiempo que pone en las recetas no terminan de cocerse y al sacarlos se bajan y los vuelvo a meter (a nadie le gustan los macarons crudos) y ya no vuelven a coger bien la forma..