La receta que os propongo hoy es un clásico de la repostería. Estas pastas deben su nombre a su forma, estrechas y alargadas y un poquito rasposas que nos puede recordar a la lengua del felino en cuestión.
Las lenguas de gato son las pastas perfectas para acompañar postres como unas natillas, un mousse de chocolate o una macedonia de frutas. Pero también para darle un toque dulce al momento del té o café en la sobremesa. Yo me decidí por esta segunda opción y por eso les añadí en pequeño baño de chocolate.
Se trata de una receta muy sencilla y con ingredientes que solemos tener en casa, perfecta para cuando te dé un arrebato repostero como a mi me pasó el sábado pasado. La masa se compone básicamente de harina, clara de huevo, azúcar y mantequilla. Quienes seguís más o menos el blog ya sabéis que siempre que puedo evito la lactosa en mis recetas así que, una vez más, sustituí la mantequilla por margarina Artua sin lactosa. No sé como estarán con mantequilla, porque no las he probado a hacer, pero viendo el éxito que han tenido estas creo que no las desmerecen.
(basada en las Langues de chat de Ladurée)
- 125 g margarina Artua sin lactosa
- 160 g azúcar glas
- 1 cucharadita de extracto de vainilla (lo podemos sustituir por azúcar vainillado)
- 2 claras de huevo
- 160 g harina de repostería
- chocolate al gusto para decorar (yo usé Cobertura negra para repostería de Valor)
Precalentamos el horno a 160 ºC con aire.
Batimos la margarina hasta que quede cremosa y con una consistencia homogénea. Añadimos el azúcar glas y continuamos batiendo a velocidad baja hasta que quede bien incorporado. A continuación, añadimos el extracto de vainilla, cuando esté bien integrado vertemos las claras de huevo. Batimos esta mezcla hasta que queden todos los ingredientes perfectamente integrados. Tamizamos la harina y la incorporamos a la mezcla. Removemos con una cuchara de madera hasta obtener una masa homogénea.
Preparamos la manga pastelera con una boquilla lisa de unos 5-7 mm, si no tienes boquilla también puedes hacer un pequeño corte en la manga, no es necesario que las tiras queden perfectas en este momento ya que será en el horno cuando se expandirán y cogerán forma. Forramos la bandeja del horno con papel vegetal y formamos tiras con la masa de unos 6-7 cm de largo, tenemos que dejar espacio entre ellas ya que al hornearse se aplanarán y aumentarán su tamaño. Horneamos unos 10 minutos o hasta que adquieran un tono dorado. Una vez horneadas las sacamos y dejamos enfriar en la bandeja, cuando están frías se despegan del papel con mucha facilidad.
Ahora ya podemos darles la cobertura de chocolate. Derretimos el chocolate al baño maría y las bañamos en él o lo vertemos por encima, esto va un poco al gusto. Lo único a tener en cuenta es que el chocolate no debe estar ni muy frío ni muy caliente cuando hagamos esto ya que si no se volverá blanquecino cuando enfríe pero estará delicioso igualmente.
¿A que es muy sencilla? Os animo a hacerla y a que me contéis el resultado. Además, es de esas recetas que anima porque en muy poco tiempo tienes muchísimas galletas y porque aunque llenes una caja ves como van desapareciendo casi sin darte cuenta.
Feliz y dulce semana, besicos!
M.