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domingo, 21 de septiembre de 2014

Tarta de limón y chocolate. Hoy celebramos el ¡¡2º cumpleaños del blog!!

Hoy en Las piruletas son rojas estamos de celebración, ¡¡es nuestro feliz 2º cumpleaños!! y para celebrarlo hoy os traigo una deliciosa tarta de limón y chocolate

Quiero empezar dándoos las gracias por continuar ahí un año más, por visitar mi blog, por dejar vuestros comentarios (aunque no sean muchos me hacen muchísima ilusión), por intentar hacer las recetas y por mil cosas más que seguro recordaré en un rato. 


Creo que fue una buena idea comenzar con esta aventura de Las piruletas son rojas el día del cumpleaños de mi madre,
 ¡Felicidades mamá!
tengo la excusa perfecta para hacer una tarta, tengo quien sople las velas y, además, tenemos con quien compartirla. 

Después de dos años, os habréis dado cuenta de mi gusto por las recetas sencillas y, para esta ocasión, no iba a ser diferente porque que sean sencillas no significa que sean menos deliciosas. También suelo utilizar ingredientes fácilmente a nuestro alcance, aprovechando siempre que puedo para incluir alguno de los frutos que nuestros amigos los árboles nos ofrecen: en este caso mi querido limón.


Hace tiempo que sigo a Manuela de Passión for baking, todo lo que hace tiene una pinta estupenda y sus presentaciones son extraordinariamente bonitas. Todavía no me había atrevido con ninguna de sus recetas y, para esta ocasión, opté por inspirarme viendo su blog. Me conquistó su Oreo Lemon Pie, aunque la he variado muchísimo ya que como viene siendo habitual la primera premisa para esta tarta de cumpleaños es que fuese sin lactosa. 

En vez de galletas oreo para la base he optado por hacer yo misma la galleta de base, para el relleno he utilizado nata vegetal y la he cubierto con merengue. El resultado: espectacular.


Tarta de limón y chocolate (sin lactosa)

Para la base
  • 160 g harina
  • 100 g cacao puro en polvo
  • 1/2 cucharadita bicarbonato
  • una pizca de sal
  • 60 g margarina Artua sin lactosa
  • 100 g azúcar moreno
  • 1 huevo

Para el relleno de limón
  • 115 ml zumo de limón
  • 2 cucharaditas de ralladura de limón
  • 75 g azúcar
  • 2 huevos
  • 4 yemas 
  • 60 g margarina Artua sin lactosa
  • 500 ml nata vegetal para montar (yo he utilizado Ambiante)

Para el merengue
  • 4 claras
  • 120 g azúcar
  • 1/4 cucharadita vinagre de manzana
Comenzamos preparando la base de galleta. Precalentamos el horno a 180ºC.
Batimos la mantequilla con el azúcar hasta que quede una mezcla homogénea. Añadimos el huevo asegurándonos que quede bien mezclado. A continuación, añadimos el cacao, cuando esté bien incorporado vamos añadiendo la harina con el bicarbonato y la sal, previamente tamizado, poco a poco. La cantidad de harina es un poco variable, podríamos decir que añadimos hasta que admita, es decir, si la hemos echado toda y todavía está muy pegajosa la masa añadiremos más o si por el contrario, aunque no la hayamos puesto toda, vemos que ya está con la consistencia adecuada no pondremos más. Amasamos hasta formar una bola. La extendemos sobre el molde que vayamos a utilizar (previamente engrasado) y la metemos 15 minutos al congelador. Pasado este tiempo la hornearemos durante 10-12 minutos a 180ºC. La reservamos hasta que se enfríe completamente.

Seguimos con el relleno de limón. Comenzamos preparando el lemon curd (pasta de limón). Esta pasta es muy utilizada en repostería. Se puede usar tanto para rellenar macarons como cupcakes y hay quien se la come a cucharadas. Una vez preparada la podemos guardar en el frigorífico hasta 2 semanas aunque en esta ocasión usaremos toda la medida para el relleno.
Ponemos el zumo de limón, la ralladura, el azúcar, los huevos y las yemas (las claras las reservamos para el merengue) en una cazuela al baño maría, procurando que la base de la cazuela o los huevos se cocerán antes de que se haya mezclado todo bien, y vamos removiendo con una espátula o cuchara de madera hasta que se espese quedando una pasta fina y homogénea (puede tardar casi 20 minutos en espesar así que no desesperes). Retiramos del fuego y añadimos la margarina removiendo hasta que quede bien mezclada. 
Una vez la pasta esté fría completamente, montamos la nata, para que nos sea más fácil podemos meter tanto la nata como el bol donde la vayamos a montar unos 10 minutos en el congelador. Mezclamos cuidadosamente la pasta de limón con la nata (yo le he añadí unas gotas de colorante amarillo para que tomara un poco de color)
Rellenamos la base, que ya estará bien fría, con nuestro relleno y la dejamos en el frigorífico al menos 5 horas, mejor toda la noche.

Antes de servir, preparamos el merengue. Batimos las claras, cuando comiencen a montarse añadimos el azúcar poco a poco en forma de lluvia y el vinagre, seguimos batiendo hasta que queden bien firmes (yo las batí durante bastante tiempo porque siempre tengo miedo de que se bajen luego y resultó bien). 

Una vez listo el merengue lo ponemos sobre el relleno de limón y decoramos al gusto. He utilizado un festivo confetti comestible, que se note que estamos de celebración.


Nada más que deciros salvo un enorme ¡¡¡MIL GRACIAS!!! por estos 2 años.


¡Espero que os guste y os animéis a hacerlo!

Feliz y dulce semana, besicos!

M.

miércoles, 10 de septiembre de 2014

Pastel de higos (Fig pie)

Sí, sí, habéis leído bien, hoy os traigo un pastel de higos de lo más sano y natural y que, además, está buenísimo. Si me seguís en facebook (y si no ¿a qué esperas?) ya sabréis que este año la cosecha de higos ha sido muy fructífera. Tenemos una higuera ecológica según mi madre (en realidad es más bien salvaje) que nos regala sus frutos cada temporada tanto a nosotros como a los que se llevaron todas las brevas.. ejem, ejem..  


He de confesar que el fruto en sí no me gusta. Jamás me he comido un higo o una breva. No soy muy fan de las frutas muy dulces y además, en este caso, su textura no me es nada apetecible. Hace un par de años probamos a hacer mermelada y al probarla tuve que reconocer que sorprendentemente me gustó, eso sí después de "trabajado". Pues bien, este año hemos secado higos, hemos hecho mermelada y hasta he hecho el pastel. 

Lo hice con motivo del cumpleaños de mi hermana. Es verdad que no es el típico pastel de cumpleaños pero es que no conozco a nadie que le gusten más los higos que a ella (bueno, a mi madre, jeje) así que pensé que sería perfecto para un día tan especial. Además, ella siempre hablaba, mientras se le iluminaba la cara, de un pastel de higos que había probado una vez en Caelum, una reconocida pastelería de Barcelona y que tenía que probar a hacerlo siguiendo la descripción que ella recordaba. 


Las pistas que me dio fueron que tenía una base de pasta, que no era hojaldre pero sí crujiente, y que el relleno era como pan de higo pero sin llegar a serlo. Partiendo de esas premisas, intenté hacer algo parecido poniendo una base de masa quebrada preparada con margarina para hacerla sin lactosa y un relleno, usando como modelo la receta de Healthfully ever After, con higos secos (por aquello de que se parecía al pan de higo) que habíamos secado de esta misma cosecha.



Pastel de higos

Para la masa quebrada
  • 300 g harina
  • 120 g margarina (sin lactosa)
  • 1 huevo
  • 15 g azúcar
  • pizca de sal
Para el relleno
  • 450 g higos secos
  • agua para cubrir los higos
  • 120 g azúcar moreno
  • 2 cucharadas maicena
  • 1/2 cucharadita canela
  • una pizca de sal
  • 2 cucharaditas esencia vainilla (yo uso Nielsen-Massey)
  • 1 cucharada vinagre de manzana
  • 1 cucharada margarina
Empezamos preparando los higos. Cortamos los higos en cuartos eliminando las partes duras, los ponemos en un recipiente con agua hasta cubrirlos. Como mis higos no estaban muy secos solo los tuve unas tres horas a remojo en el frigorífico, si usas higos muy secos o deshidratados déjalos, al menos, una noche. 

Una vez preparados los higos nos ponemos con la masa quebrada, puedes comprarla pero por si decirles hacerla. Formamos un volcán con la harina y en su interior ponemos la margarina troceada en dados pequeños, el huevo, el azúcar y la sal. Trabajamos el conjunto hasta que nos quede con una textura arenosa, como si fuera pan rallado. Cuando hemos conseguido esto, añadimos un poco de agua para que tome cuerpo y podamos formar una bola que amasaremos durante un corto periodo de tiempo. La dejamos reposar durante 1 hora en un lugar fresco y seco tapada con un paño.

Cuando esté lista la masa, la extendemos en el molde que vayamos a utilizar, previamente enharinado. Con esta cantidad de masa, a mi me da para dos bases. Usaremos una para el pastel y la otra podemos congelarla para otra ocasión o gastarla para hacer una coca, quiché o lo que nos apetezca (en mi casa siempre triunfa esta segunda opción).  Ponemos un trozo de papel de aluminio sobre el fondo de la pasta extendida (no en los bordes) y lo llenamos con algo de peso (yo uso habichuelas) para evitar que suba y lo horneamos unos 15 minutos a 180ºC. Se saca y se deja enfriar (retiramos las habichuelas y las guardamos para utilizarlas la próxima vez).

Mientras se enfría un poco la masa, preparamos el relleno. Para ello, ponemos los higos con parte del agua en una cazuela. A parte, mezclamos el azúcar moreno con la maicena, canela y sal y lo añadimos a los higos cuando lleven unos 5 minutos hirviendo. Dejamos que se cueza sin parar de remover hasta que quede todo bien ligado y la parte líquida adquiera textura de sirope. Retiramos del fuego y añadimos la vainilla, el vinagre y la margarina, remocemos bien, Dejamos enfriar un poco y trituramos.

Para finalizar, vertemos el relleno sobre la masa quebrada y horneamos a 190ºC durante 20 minutos. Dejamos enfriar y desmoldamos con cuidado para que se nos rompa la masa que queda muy frágil.



¡Espero que os guste y os animéis a hacerlo!

Feliz y dulce semana, besicos!

M.
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