Sí, sí, habéis leído bien, hoy os traigo un pastel de higos de lo más sano y natural y que, además, está buenísimo. Si me seguís en facebook (y si no ¿a qué esperas?) ya sabréis que este año la cosecha de higos ha sido muy fructífera. Tenemos una higuera ecológica según mi madre (en realidad es más bien salvaje) que nos regala sus frutos cada temporada tanto a nosotros como a los que se llevaron todas las brevas.. ejem, ejem..
He de confesar que el fruto en sí no me gusta. Jamás me he comido un higo o una breva. No soy muy fan de las frutas muy dulces y además, en este caso, su textura no me es nada apetecible. Hace un par de años probamos a hacer mermelada y al probarla tuve que reconocer que sorprendentemente me gustó, eso sí después de "trabajado". Pues bien, este año hemos secado higos, hemos hecho mermelada y hasta he hecho el pastel.
Lo hice con motivo del cumpleaños de mi hermana. Es verdad que no es el típico pastel de cumpleaños pero es que no conozco a nadie que le gusten más los higos que a ella (bueno, a mi madre, jeje) así que pensé que sería perfecto para un día tan especial. Además, ella siempre hablaba, mientras se le iluminaba la cara, de un pastel de higos que había probado una vez en Caelum, una reconocida pastelería de Barcelona y que tenía que probar a hacerlo siguiendo la descripción que ella recordaba.
Las pistas que me dio fueron que tenía una base de pasta, que no era hojaldre pero sí crujiente, y que el relleno era como pan de higo pero sin llegar a serlo. Partiendo de esas premisas, intenté hacer algo parecido poniendo una base de masa quebrada preparada con margarina para hacerla sin lactosa y un relleno, usando como modelo la receta de Healthfully ever After, con higos secos (por aquello de que se parecía al pan de higo) que habíamos secado de esta misma cosecha.
Pastel de higos
Para la masa quebrada
- 300 g harina
- 120 g margarina (sin lactosa)
- 1 huevo
- 15 g azúcar
- pizca de sal
Para el relleno
- 450 g higos secos
- agua para cubrir los higos
- 120 g azúcar moreno
- 2 cucharadas maicena
- 1/2 cucharadita canela
- una pizca de sal
- 2 cucharaditas esencia vainilla (yo uso Nielsen-Massey)
- 1 cucharada vinagre de manzana
- 1 cucharada margarina
Empezamos preparando los higos. Cortamos los higos en cuartos eliminando las partes duras, los ponemos en un recipiente con agua hasta cubrirlos. Como mis higos no estaban muy secos solo los tuve unas tres horas a remojo en el frigorífico, si usas higos muy secos o deshidratados déjalos, al menos, una noche.
Una vez preparados los higos nos ponemos con la masa quebrada, puedes comprarla pero por si decirles hacerla. Formamos un volcán con la harina y en su interior ponemos la margarina troceada en dados pequeños, el huevo, el azúcar y la sal. Trabajamos el conjunto hasta que nos quede con una textura arenosa, como si fuera pan rallado. Cuando hemos conseguido esto, añadimos un poco de agua para que tome cuerpo y podamos formar una bola que amasaremos durante un corto periodo de tiempo. La dejamos reposar durante 1 hora en un lugar fresco y seco tapada con un paño.
Cuando esté lista la masa, la extendemos en el molde que vayamos a utilizar, previamente enharinado. Con esta cantidad de masa, a mi me da para dos bases. Usaremos una para el pastel y la otra podemos congelarla para otra ocasión o gastarla para hacer una coca, quiché o lo que nos apetezca (en mi casa siempre triunfa esta segunda opción). Ponemos un trozo de papel de aluminio sobre el fondo de la pasta extendida (no en los bordes) y lo llenamos con algo de peso (yo uso habichuelas) para evitar que suba y lo horneamos unos 15 minutos a 180ºC. Se saca y se deja enfriar (retiramos las habichuelas y las guardamos para utilizarlas la próxima vez).
Mientras se enfría un poco la masa, preparamos el relleno. Para ello, ponemos los higos con parte del agua en una cazuela. A parte, mezclamos el azúcar moreno con la maicena, canela y sal y lo añadimos a los higos cuando lleven unos 5 minutos hirviendo. Dejamos que se cueza sin parar de remover hasta que quede todo bien ligado y la parte líquida adquiera textura de sirope. Retiramos del fuego y añadimos la vainilla, el vinagre y la margarina, remocemos bien, Dejamos enfriar un poco y trituramos.
Cuando esté lista la masa, la extendemos en el molde que vayamos a utilizar, previamente enharinado. Con esta cantidad de masa, a mi me da para dos bases. Usaremos una para el pastel y la otra podemos congelarla para otra ocasión o gastarla para hacer una coca, quiché o lo que nos apetezca (en mi casa siempre triunfa esta segunda opción). Ponemos un trozo de papel de aluminio sobre el fondo de la pasta extendida (no en los bordes) y lo llenamos con algo de peso (yo uso habichuelas) para evitar que suba y lo horneamos unos 15 minutos a 180ºC. Se saca y se deja enfriar (retiramos las habichuelas y las guardamos para utilizarlas la próxima vez).
Mientras se enfría un poco la masa, preparamos el relleno. Para ello, ponemos los higos con parte del agua en una cazuela. A parte, mezclamos el azúcar moreno con la maicena, canela y sal y lo añadimos a los higos cuando lleven unos 5 minutos hirviendo. Dejamos que se cueza sin parar de remover hasta que quede todo bien ligado y la parte líquida adquiera textura de sirope. Retiramos del fuego y añadimos la vainilla, el vinagre y la margarina, remocemos bien, Dejamos enfriar un poco y trituramos.
Para finalizar, vertemos el relleno sobre la masa quebrada y horneamos a 190ºC durante 20 minutos. Dejamos enfriar y desmoldamos con cuidado para que se nos rompa la masa que queda muy frágil.
¡Espero que os guste y os animéis a hacerlo!
Feliz y dulce semana, besicos!
M.
M.
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