Me encantan las frutas, bueno, no todas, pero las que me gustan me gustan mucho.
Ir a la frutería y dejarte conquistar por sus olores y colores me parece un gran placer cotidiano, aunque muchas veces me lo pierda por ir con prisas y no me de ni cuenta. Pero las otras veces, cuando estoy allí y me paro y me acuerdo y lo pienso creo que una sonrisa se dibuja en mi cara. En fin, la belleza de las pequeñas cosas. Otra virtud que tienen las frutas, al menos a mi parecer, es su temporalidad, saben hacerse desear apareciendo solo en una determinada época del año. Ahora las fresas están empezando a hacer acto de presencia y son tan bonitas y huelen tan bien que me las llevaría todas.
Ir a la frutería y dejarte conquistar por sus olores y colores me parece un gran placer cotidiano, aunque muchas veces me lo pierda por ir con prisas y no me de ni cuenta. Pero las otras veces, cuando estoy allí y me paro y me acuerdo y lo pienso creo que una sonrisa se dibuja en mi cara. En fin, la belleza de las pequeñas cosas. Otra virtud que tienen las frutas, al menos a mi parecer, es su temporalidad, saben hacerse desear apareciendo solo en una determinada época del año. Ahora las fresas están empezando a hacer acto de presencia y son tan bonitas y huelen tan bien que me las llevaría todas.
Nunca me han gustado las mermeladas, los sabores excesivamente dulces nunca me han atraído demasiado, me resultan empalagosos, y es ahora cuando estoy empezando a descubrirlas y apreciarlas. Me gusta combinarlas con otros sabores y han supuesto para mi un mundo nuevo de posibilidades con patés, quesos, carnes o incluso en el aliño de una ensalada creo que hacen una combinación perfecta y con los dulces.. ¡como no!
El otro día iba a comprar una mermelada de fresa para unas cupcakes que iba a hacer (pronto pondré la receta) y pensé ¿por qué no la hago yo? busqué recetas en mis blogs de cabecera y finalmente tomé como referencia esta de 'Joy the Baker' para rehacerla a mi manera y el resultado me ha encantado, está riquisima y de un rojo que parece que te dice "cómeme".
Mermelada de fresa con un toque de vainilla
- 500 g fresas
- 250 g azúcar
- 1 vaina de vainilla
- el zumo de 1 limón
Lavamos bien las fresas y las troceamos. Las ponemos a macerar con la mitad del azúcar (125g) y la vaina de vainilla, la abrimos y rascamos un poco en el interior para que salgan las semillas, así dará más sabor a nuestra mermelada, las tendremos durante 24 aproximadamente.
Una vez maceradas las pasamos a un cazo y añadimos el zumo de limón y el resto de azúcar (125g). La llevaremos a ebullición y bajamos el fuego al mínimo, la tendremos unos 20 minutos hirviendo. A continuación, la apartamos del fuego hasta que deje de burbujear y repetimos el proceso: la llevamos a ebullición y que hierva 20 minutos más. Tras esto la trituramos, cuanto va en gustos, yo intenté no hacerlo mucho para que quedara algún trocito de fruta. La volvemos a poner al fuego y ya la tenemos hasta que alcance la consistencia deseada. Para ver si ya a espesado podemos coger un poco con una cucharilla y meterla unos minutos al frigorífico, así sabremos como será su consistencia final y aviso que esta mermelada no queda muy espesa es entre un sirope y una mermelada.
Ya tenemos nuestra mermelada lista para poner en nuestro tarro preferido, como no hice mucha cantidad no la envasé al vacío.
¡Espero que os guste!
Por último, agradecer a María Marín sus fotos, las fotos de esta entrada las hizo ella y ¡me encantan! desde aquí la animo a que no deje nunca de hacer fotos, si queréis ver más fotos suyas podéis visitar su Flickr.
Feliz y dulce semana, besicos!
Una vez maceradas las pasamos a un cazo y añadimos el zumo de limón y el resto de azúcar (125g). La llevaremos a ebullición y bajamos el fuego al mínimo, la tendremos unos 20 minutos hirviendo. A continuación, la apartamos del fuego hasta que deje de burbujear y repetimos el proceso: la llevamos a ebullición y que hierva 20 minutos más. Tras esto la trituramos, cuanto va en gustos, yo intenté no hacerlo mucho para que quedara algún trocito de fruta. La volvemos a poner al fuego y ya la tenemos hasta que alcance la consistencia deseada. Para ver si ya a espesado podemos coger un poco con una cucharilla y meterla unos minutos al frigorífico, así sabremos como será su consistencia final y aviso que esta mermelada no queda muy espesa es entre un sirope y una mermelada.
Ya tenemos nuestra mermelada lista para poner en nuestro tarro preferido, como no hice mucha cantidad no la envasé al vacío.
durante la maceración.. |
Por último, agradecer a María Marín sus fotos, las fotos de esta entrada las hizo ella y ¡me encantan! desde aquí la animo a que no deje nunca de hacer fotos, si queréis ver más fotos suyas podéis visitar su Flickr.
Feliz y dulce semana, besicos!
Hola!Muy rico! y bonitas fotos.
ResponderEliminarhola! muchas gracias, me alegro de que te guste.
Eliminar